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| La clase mientras alguien enmienda la plana..... |
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| La coordinación |
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| Unos currando, otros.... |
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| "La Misión" : Desembarco de los indígenas |
AUTORES: GLORIA ABAD & JUAN SANZ
Fue Juan el culpable… me dijo un día: ¿Qué te parece si les proponemos ir a Segovia a lo de las piraguas?
A mi me pareció bien, luego podríamos comer corderito en Turégano o Sepúlveda y después de comer ir a la ermita, "hermita" para algunos (perdona Pedro, no quiero hurgar en la herida), de San Frutos a ver las Hoces del Duratón.
Así lo propusimos en uno de nuestros encuentros, no me acuerdo si fue en el de Peralejos, a todos les pareció bien y quedamos: día 17 de septiembre a las 10,30 horas.
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| Caminantes sufridores |
Después de algún intercambio de correos conseguimos ponernos de acuerdo: ¿cordero o cochinillo?, ¿Turégano o Sepúlveda?, decidido: unos cordero, otros cochinillo y, definitivamente, Sepúlveda.
El día “D”, nos levantamos pronto no fuera que llegásemos los últimos como el día de Navacerrada, pero ya en el camino a Cantalejo nos dimos cuenta que había gente más madrugadora: Luisen y Josefina ya estaban desayunando en el pueblo y Pablo y Alicia (con sus retoños) justo detrás de nosotros, después venía el Sr. Gómez y Mª Jesús, y, un poco más atrás, Nieto “cumple” y familia.
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| Es un jabalí??? |
Bueno, lo de las piraguas fue divertido, muuuuuuy cansado, pero divertido, fuimos capaces de llegar al chiringuito e incluso más allá y de volver al embarcadero. Vimos buitres que, curiosamente, daban vueltas a nuestro alrededor ¿por qué sería?, menos mal que luego nos repusimos con una comida “en condiciones”, como dijo Juan: Tenéis que reconocer que es el día que mejor hemos comido.
Allí en Sepúlveda nos estaba esperando D. Ignacio, encuentro emotivo para algunos a los que no veía desde hacía años (no digo cuantos). Ya sabemos todos los que le conocemos que una comida con él es de todo menos aburrida, conoce la cultura castellana como nadie y los brindis y poesías que nos dijo son dignos de mención.
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| San Frutos 2011 |
Eso sí, nos engaño como a chinos cuando dijo de dar un paseíto de 45 minutos sin grandes dificultades. Como decía Alicia: “que yo lo conozco y nos puede tener andando dos horas”. Al final volvimos a Sepúlveda (pueblo “llano” donde los haya), para ir a San Frutos.
Tuvimos un pequeño percance con el coche, nada de importancia, llegando un poco después que el resto a la ermita. Allí Ignacio nos recitó un cuento sobre un pozo con propiedades milagrosas para esto del preñamiento y los dos monjes que lo custodiaban, nos hicimos unas cuántas fotos y disfrutamos de las vistas espectaculares de las Hoces desde la ermita.
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| La noche cae en San Frutos |
Llegó la despedida: la verdad es que lo pasamos bien, muy bien, eso sí: no sé como estaréis vosotros pero yo ¡TENGO UNAS AGUJETAS!
