sábado, 5 de octubre de 2013

EL MÁS ALLÁ

Ahí está el más allá!!!!!
¿Usted cree en el más allá?
Claro.
¿Y en el más allá, del más allá?
Por supuesto. ¿Cómo no voy a creer en ello si allí, viven mis amigos Cani y Jesús?
Pues, fuera de creencia esotérica y/o extraterrenales, estábamos citados el pasado 20 
de septiembre de 2013, año de nuestra era, en casa de nuestros amigos.
Nos embarcamos Pacobis y el que relata la presente crónica, Veri, a realizar un viaje 
transcendental, que no transensorial ( o sí) para encontrarnos con nuestros camaradas Scouts. 
Como viaje, hacia lo desconocido, (por aquello de las variantes de las carreteras, las 
nuevas salidas y entradas, y esto no es como yo lo recuerdo…etcétera) nos encontramos con 17.853 vehículos, miles arriba, miles abajo, y un ¡enorme! atasco.
Situación, que es intrínseca al lugar. Pero, donde fuere, haz lo que vieres.
Anduvimos entreteniéndonos, con un tal "Perrito Piloto", a través de las ondas telefónicas, y por fin: "Salida 24, PARQUE COIMBRA: CASA DE CANI Y JESUS "
Allí que enfilamos.
Tras unos vericuetos (no sabía cómo intercalar mi nombre) y alguna que otra vicisitud, llegamos a nuestro destino. (Mejor, porque creo que esta parte me estaba quedando un poco larga )
¡Cómo no! nuestro cicerone, esperándonos en la puerta, y agasajándonos con su presencia.
Pero, eso era poco.
Nos hallamos en el atrium, de los citadores, que estaba lleno de pasiones, recuerdos, 
abrazos, besos, exaltaciones y demás emociones, donde las haya.
Como el que no quiere la cosa, Jesús, había conseguido juntar a tres generaciones, 
tres, de seres deseosos de volver a compartir, y rememorar el "hasta luego", intempore.
Estábamos, Pedrito que no paraba de mirar a Alicia; por supuesto Pablo (que, lógicamente, estaba) vigilante, pero a la par, anhelante de abrazar y compartir a cada uno de nosotros. Miguelito (Miguel Ángel Martín Pérez) irradiaba gozo, plenitud y paz, por vernos. Raúl, no alcanzaba a dialogar con todos y con ninguno. Ricardo, gracias por tu esfuerzo de vernos, no le andaba a la zaga. Pacobis, no daba abasto, ni a copas (es broma porque tenía que conducir después), no cabía en sí de gozo. Gloria, miraba a un lado y a otro, y no sabía si recordar Orea, o pensar en Granada, o pensar en Beijin (Pekín, para los no ilustrados actuales);menos mal que estaba Juan, su marido, y persona entrañable donde las haya, que la relajaba de esas "minucias". 
Y yo, por aquello del "más allá", los veía reencontrarse, fusionarse en amistades intemporales, gozosos, sentimientos que, por separado, ya había tenido y que no podía dejar de volver a sentir.
Pero, hete aquí, que veía por el rabillo de los ojos, por muy difícil que parezca, a Jesús,pletórico y feliz, a Cani, compartiéndolo con él. A Ángeles I y Ángeles II, o Ángeles II y Ángeles I, y a Javier , integrantes ya, de nuestras vidas y de los afortunados que disfrutan día a día de ellos, disfrutando del mismo gozo que los demás.
No fui yo solo, porque en toda la reunión, bendita reunión agasajada, con todos los honores, por nuestros anfitriones, eché de menos a aquellos que no pudieron estar: Pedro, F.J. Nieto, Chitin (perdón Paco), Juanma, El Buitre (Miguel Ángel Garrido), Lolo, Pepín, Luisen… y muchos otros que estarán, en futuras quedadas.
Estuvimos reavivando, a través de cánticos, por supuesto con tonos celestiales, tiempos pasados, y nunca olvidados, las brasas de los fuegos de campamento. Brasas, que permanecen en nuestros espíritus; espíritu que estuvo, está y estará, por siempre, dentro de cada uno de nosotros.

Entonces, hasta luego, mejor que decir adiós.